lunes, 13 de marzo de 2023

EL CIRCO DE LOS CIEN DÍAS

 

  


                                                                                            Cuento Poema de Lourdes García Esperón

 


Me complace presentar

a tan notable audiencia

un espectáculo jamás mirado

en esta bella ciudad.

 

Nada más, ni nada menos

les hablo yo del Circo del…

¡No!, ¡no!, ¡no!, ¡no!,

no se trata de ese circo;

pues nos pueden demandar.

 

El Circo que presentamos

es el Circo de los “Cien días”.

Este nombre singular

se debe a que solamente

cien representaciones da,

en todo un año cabal.

 

Lo que ustedes van a ver

es lo más sobresaliente

de su actual Presentación;

en tournée por toda América

con el nombre “Zarabanda”.

 

Aquí es cuando mis compañeros

deben de estar muy atentos,

pues todos nosotros juntos, somos el circo.

 

Escuchen pues muy bien

La lista del casting solicitado:

 

Monsieur Mousse, que es el fortachón del circo,

un equilibrista que no tenga miedo a las alturas,

una colombina graciosa y que le guste bailar,

tres malabaristas diestros en este difícil arte,

tres Payasos,

cuatro gimnastas,

un bufón a quien le guste contar historias,

una princesa encantada y encantadora,

el señor de la niebla, o sea, el malo del cuento,

varias hadas que le den magia a nuestro cuento,

y por último: un ligero corcel blanco

 

Directamente de Francia,

como fortachón del circo

tenemos a Monsieur Mousse;

un Hércules por su fuerza,

por su valor, un león.

No solamente levanta

una estrada en su cabeza,

un coche con los dos brazos

y una motocicleta en cada mano;

también ha llegado a alzar

un camión en su espalda.

 

Cuando en la pista aparece,

da una vuelta saludando

mostrando así su figura,

sorprendiendo a su público.

Para emocionarnos, ruge

y los payasos asustados,

se esconden en un rincón.

Monsieur Mousse no sólo es fuerte,

es también muy presumido,

bien plantado y atrevido,

apuesto, gallardo y diestro,

con aires de gran galán.

Y aunque raro sea encontrar

fuerza unida a inteligencia,

este Coloso de Circo

sí tiene en la mente brillo.

 

Por señas particulares

de arriba abajo lo describo:

sus cejas negras y espesas

son los arcos de dos triunfos

que se vuelven ojivales

cuando mucho esfuerzo hace.

Un mostacho negro y fino

enrollado a los dos lados.

Su cuello es una columna

y se ensancha a voluntad;

sigue un pecho impresionante

y una cadera esbeltita.

Las piernas son unas rocas

afianzadas a sus pies.

 

 

Aparece en pista ahora

el equilibrista andino,

saluda a todos y pronto

sube altas escaleras.

Se dispone ya a cruzar

todo el espacio celeste

por un hilo tan delgado

que nadie lo puede ver.

Allá en lo alto si miras,

va él caminando en el aire

con paso siempre seguro

y la sonrisa en los labios.

Llega por fin con su amada,

la graciosa Colombina.

 

 

 

Ella aplaude su valor

y un beso en premio le manda.

Sin saber de dónde lo saca,

gran regalo le presenta:

es una bicicleta alada

para que no se fatigue

su Romeo al regresar

por ese delgado hilo.

 

Mientras tanto, allá abajo

llegan los malabaristas.

Traen consigo

esferas como naranjas

y bolos multicolores.

 

Inician los malabares,

se van desplazando mundos,

miras planetas girando

tan veloces que te aturden.

 

 

 

 

Todo es color en esferas

movimientos que no cesan.

Cuando de tanto mirar

sientes los ojos cansados.

 

Pensando en esto te quedas

cuando sin saber por dónde,

cómo, ni cuándo llegaron,

descubres a los payasos

y aunque aquí tus ojos cierras

por un antiguo temor,

te das cuenta de una cosa,

los payasos no te espantan;

son chistosos y espontáneos,

sus actos son divertidos

y atraen toda tu atención;

no sólo provocan risa,

también asombro y sorpresa

pues hacen actos de magia.

 

Con ellos viene un bufón

como en las Cortes de Reyes.

Él se va a la otra pista

para demostrar su ingenio

en el arte de alegrar

y entretener a su público.

 

Con piruetas, saltos,

maromas y otras acrobacias

te asombran las gimnastas.

Han llegado de repente,

vestidas de muchos colores.

Por mas que quieres contar

no aciertas a saber si son

Cinco, diez o veinte;

tan rápido que se mueven,

pareciera que volaran

y que fueran a quebrarse

al hacer sus contorsiones.

 

 

Aunque te han maravillado

las cabriolas de colores,

la magia de los payasos,

y toda la prestidigitación,

ya estás un poco cansado.

 

De pronto una melodía

atrae toda tu atención

y ves a la hermosa Colombina

danzando alegre en la pista.

 

Es tal su gracia y donaire

que a todos ha embelesado.

 

 

Después de mucho bailar

se dirige a su columpio.

Es ahí cuando el fortachón,

Monsieur Mousse,

con afán de apantallar

enfrente de ella levanta

una grada con cien gentes.

 

 

 

Colombina ni se inmuta,

pero aplaude al fortachón

por no ser maleducada.

 

El bufón enamorado,

suspira fuerte

y late su corazón.

por la hermosa Colombina

¿Cómo podría conquistarla?

¿Con flores, dulces y cantos?

¿Con maromas o con risas?

Mejor contándole un cuento:

Todos se sientan y escuchan.

 

 

Había una vez en un bosque

de un conocido país,

una princesa dormida

bajo la sombra de un sauce.

 

Es Lucinda la princesa

que aburrida en su palacio,

no encontraba diversión

y salió a dar un paseo.

 

Un paseo corto, pensó

pues el día menguando está

y es menester regresar

a la hora de cenar.

 

 

 

 

Caminaba la princesa

repasando pensamientos

y tan distraída iba

concentrada en abstracciones

que ya no supo

dónde quedó su palacio.

 

Comenzaba a oscurecer

cuando se sintió extraviada.

¿Por qué distraída iba?

se reprochaba a sí misma.

“Debo encontrar el camino

de regreso al palacio”.

 

 

El hada tornasolada

que se encontraba en el bosque

buscando savia en las plantas

para elaborar perfumes,

divisó a la princesita

y supo que estaba extraviada.

¡Pronto! – se dijo volando;

Dejó la sabia labor

y mejor se preocupó

en proteger a Lucinda,

revoloteando en lo alto

como una atenta lucecita.

 

La pobre princesa nuestra

camina una y dos horas,

le duelen mucho los pies,

el cansancio la ha vencido.

 

Encuentra este sauce llorón

y decide descansar,

pero se queda dormida.

 

Mientras Lucinda dormía,

el Gran Señor de la Niebla

salió de una nube de bruma,

causando enorme temor

a todos los animales,

pero menos a Lucinda

que tiene un sueño profundo.

 

 

Hay una espesa neblina

no se distingue Lucinda.

 

Se escucha una horrísona voz:

-¿Qué hace aquí esta princesa,

dormida en mis propiedades?

¡No sabe acaso que el bosque

es mío y de nadie más!

¡Y no permito yo a humanos

en mis dominios dormir!

 

Lucinda duerme tranquila

pues las hadas del lugar,

alertadas en sus troncos

salieron todas volando

a brindar su protección

al sueño de la princesa.

 

 

¿Y qué sueña la princesa?

Ella sueña en una pista

del Circo de los Cien Días

donde un caballito blanco

da vueltas casi volando.

 

En su lomo se ve ella

vestida de bailarina,

danzando siempre ligera

y enviando besos alados.

 

En el bosque sale el sol

y ese temido señor

de la niebla o la neblina

rápido se evaporó.

 

 

Ahora el sol está en lo alto

cuando manda una emisaria;

al hada tornasolada.

 

Lucinda despierta al fin

Y no lo vas tú a creer

que en medio del bosque ve,

nada mas ni nada menos

la Carpa de un Circo Brillante.

¿Adivinas?

¡Eso es!

¡La carpa de los Cien Días!

 

 

 

 

Se acerca y se anima a abrir

la cortina de la magia

y lo primero que ve

es el caballito blanco

dando vueltas a la pista

con ligera bailarina

sobre su lomo feliz.

 

Lucinda duda si es real

esto que está ella mirando;

piensa que sigue soñando

y ya se va a pellizcar,

cuando sentado en un palco

del Circo de los Cien Días,

ve ella a su padre el rey

muy divertido aplaudiendo.

 

 

Todos vuelven la cabeza

hacia la linda princesa.

Colombina se le acerca

y con graciosa caravana,

la invita a participar

en una hermosa danza,

cerrando con broche de oro

la función del día de hoy.

 

 FIN

 

 


Lorde

Lorde
lgarciaesperon@yahoo.com

Cuentalunas

Contamos con los versos de los poetas.
Con las historias de los escritores.
Con el brillo de la luna.
Con el entusiasmo de los niños.
Con la entrega de los maestros.
Con los libros.
Contamos contigo

Con la tecnología de Blogger.

Un camino de sueños y versos

Y todos nos cuentan

free counters

Vistas de página en total

 

Diseñado por: Compartidísimo
Algunas imágenes creadas por: Scrappingmar